sábado, 21 de septiembre de 2013

El lenguaje del cuerpo



El lenguaje corporal, que no es más que todo lo que tú trasmites por medio de movimientos o gestos, delata completamente tus sentimientos o percepción acerca de la persona con la que está interactuando.

Cuando hablamos con alguien sólo una pequeña parte de la información que obtenemos de esa persona procede de sus palabras. En ocasiones, los mensajes son confusos debido a que se pueden estar transmitiendo varias emociones a la vez, como rabia, miedo y ansiedad, que a veces aparecen unidas.

Con los des conocidos nos comunicamos principalmente a través de los ojos. Por ejemplo, cuando vamos caminando por un pasillo estrecho y nos encontramos con alguien de frente, primero le miramos a los ojos y luego desviamos la mirada hacia el lado del pasillo por el que pretendemos pasar. Cuando no se emiten estas señales o no se interpretan correctamente, lo más probable es que ambas personas acaben manteniendo una especie de baile a derecha e izquierda hasta aclararse.

En la parte más social de las personas, en su convivencia, en las relaciones con otras personas el cuerpo habla a cada momento. Una mirada, un cruce de piernas, un gesto con la mano, un ceño fruncido., suele dar un significado u otro a lo que se está diciendo en ese momento. En ocasiones se remarca, en otras se contradice. 

El lenguaje verbal y el corporal no siempre coinciden. 



Ahora bien, los gestos, dependiendo de las situaciones pueden tener diversos significados. Los gestos se pueden fingir, pero no todo el cuerpo actúa de la misma manera. Hay que tratar de analizar el conjunto y los gestos o tics, aislados que pueden no significar nada. Hay que valorar el conjunto. 



Mirar a los ojos suele ser signo de atención. Si la mirada se dirige por debajo de la nariz, a la zona de la boca, puede ser que haya un cierto interés personal. Y si la mirada recorre otras partes del cuerpo puede tener un significado íntimo, de interés muy personal. Cuando se mira de reojo, se suele demostrar una cierta desconfianza.



Aunque el hombre lleva más de un millón de años utilizando este tipo de comunicación, ésta no se ha empezado a estudiar nada más que hace sólo unas décadas.